Magnífica Finca Vitivinícola Situada A Pocos Kilómetros De Las Playas Más Cercanas De La Costa Brava, Con Vistas Al Mar Y A La Preciosa Bahía De Roses.

La propiedad se sitúa en una parcela de 53,2 hectáreas, que incluye 32 ha de viñedos y 11 ha de campos de olivos. Se encuentra entre la llanura del Empordà y la sierra de Albera, donde los Pirineos tocan el mar. La finca es de carácter histórico y fecha del 1679. Fue la primera finca agrícola registrada en la zona, y la casa señorial acogió mucha importancia histórica en la provincia. La propiedad actualmente produce vino tinto, blanco y rosado. Los viñedos se cultivaron entre 1987 – 1994 e incluyen diferentes variedades de uva como Chardonnay (9,97 ha), Macabeo (3,46 ha), Tempranillo (3,16 ha), Cabernet Sauvignon (11,02 ha) y Garnatxa (4,59 ha). La densidad de la cepa es de 3000/ha y la producción media total en los últimos años es de 42hl/ha (192.000kg). El vino lo produce una bodega local, los mismos propietarios que la finca. Todo el terreno de la propiedad se encuentra dentro de la Dominación de Origen del Empordà, por lo que todos los vinos que se producen llevan esta denominación. Los olivos tienen una media de 50 años. Hay un total de 1.660 olivos repartidos en un terreno de 11,26 ha. Todos son de la variedad local de Argudell, y la producción media en los últimos años ha sido de 3.200kg/ha. El aceite se produce en una prensa exterior. La casa principal es una masía fortificada de 3 plantas. La planta baja (antiguamente la bodega, prensa de aceite y establos) actualmente alberga un museo del vino. La planta superior consta de las dependencias para la familia y el personal. La propiedad actualmente dispone de 10 dormitorios. Existe la posibilidad de modificar la distribución actual para aumentar el número de dormitorios, ya sea para convertir en un boutique hotel o en una finca vitivinícola privada, según convenga. El edificio se ha conservado muy bien, de todas formas requiere de una ligera reforma. La finca consta de 500 m² de edificios anexos, adyacentes a la propiedad principal, y que ofrecen la posibilidad de convertir en alojamiento adicional o instalaciones para producir vino. Ideal para un inversor que quiera establecer un negocio vinícola, ya sea turístico o no. Existen muchas posibilidades de reforma para convertir en un boutique hotel con viñedos, situado en una zona ideal a tan solo pocos minutos de la costa.